25N 2019

A LAS AUTORIDADES,

A LA SOCIEDAD EN GENERAL

Restauradoras con Glitter es una colectiva independiente, apartidista y autogestiva conformada por mujeres dedicadas al estudio y conservación de las herencias culturales. En congruencia con nuestra formación y profesiones, recordamos y enfatizamos, que no promovemos pintas ni otras alteraciones a los bienes culturales, pero comprendemos su causa, el problema de fondo que representan y su valor testimonial como demanda de una sociedad en equidad. Por lo que nos unimos a exigir a las autoridades de todos los ámbitos y a la sociedad en general un urgente cambio estructural que permita a las mujeres de este país vivir con tranquilidad y libertad.

También recordamos a los medios de comunicación que tienen tanto un compromiso ético, como la responsabilidad de comunicar con claridad e imparcialidad, pues forman parte fundamental de la lucha para conseguir un mejor país: más equitativo, más seguro, más libre. Esto implica desmontar los discursos y narrativas hegemónicas que tradicionalmente han promovido que las mujeres no podemos manifestar enojo, ni ante la violencia ni el asesinato de otras mujeres. Diversos medios de comunicación han elegido continuar por la vía de condenar a las mujeres que se manifiestan. El efecto del aerosol es mínimo frente a la división y confrontación que ha generado la cobertura tendenciosa de aquellos que han puesto el énfasis únicamente en los actos violentos de protesta cuando son causados por mujeres, incluidas las alteraciones a los bienes culturales.

Los monumentos siempre han sido objeto de alteraciones por parte de la gente (https://bit.ly/2pSDy2N) y no siempre con demandas válidas de justicia, pero la descalificación en aquellos casos no se ha manifestado en los niveles que presenciamos ahora. Al visibilizar la anécdota y el escándalo, han invisibilizado el problema estructural y el mensaje de fondo que debe ser atendido con urgencia: la insostenible violencia hacia las mujeres en nuestro país.

Aunque sin duda el bienestar de la población es lo más importante, comprendemos la preocupación manifestada por muchos por el bienestar de nuestros bienes culturales; a eso dedicamos nuestras vidas profesionales. Tal interés debería verse manifestado en la exigencia de una atención precisa y profesional, que documente y tome decisiones a partir de una análisis crítico de la situación y el estado de los monumentos, pero no ha sido así.

Tras la manifestación del 25 de noviembre de 2019 las condiciones del Hemiciclo a Juárez han sido causa de mucha indignación; quienes nos dedicamos a la conservación recordamos que en 2016 también nos indignamos porque fue objeto de una intervención inadecuada por parte de una famosa compañía que pintó de blanco el mármol (lo cual no es una restauración profesional ni ética), con un importante cargo al erario. Esta intervención –junto con la de El Caballito de 2013– generó una petición al entonces secretario de cultura, Rafael Tovar de Teresa, solicitando que en lo sucesivo fueran profesionales con la debida formación en conservación y restauración, los encargados de intervenir las obras y monumentos artísticos e históricos (https://bit.ly/34nykeB). La intervención no fue modificada y los resultados de la apresurada «limpieza» del 25 de noviembre por la noche muestran que el proceder sigue siendo deficiente.

Borrar demandas no borra sus causas.

La indignación por las alteraciones a los monumentos tendría mucha utilidad si se convirtiera en una exigencia sólida para su adecuada conservación: exigiendo que sean atendidos únicamente por profesionales con la debida formación, que reciban la remuneración económica acorde a la calidad de la labor desempeñada, que tengan condiciones adecuadas de trabajo, que en los centros que atienden bienes culturales se eliminen hábitos anquilosados y nocivos como la herencia de plazas, la misoginia, el acoso, y otros que sólo promueven la baja calidad y la falta de profesionalismo, y que se adjudiquen las obras con total transparencia, es decir, sin adjudicaciones directas o amañadas, sin compadrazgos, ni cochupos.

Convocamos a la sociedad a reflexionar y actuar desde la empatía, a distinguir las causas importantes y apoyarlas. Causas importantes como la herencia cultural, sí, pero todavía más el dolor de quienes piden justicia, que debemos hacer nuestro. La consigna por el cambio social y la resolución expedita de los crímenes debe ser de todas y todos.

Atentamente,

#RestauradorasConGlitter

#NuestraDignaRabia#PrimeroLasMujeresLuegoLasParedes